La paradoja del Ejercicio

La paradoja del Ejercicio

Extracto de la charla de Chris Wharton TED Talks, Septiembre 2021

Quiero que imagines un innovador medicamento nuevo, en una sola pastilla que se toma una vez al día y te haría vivir una más larga y feliz vida; no solo eso sino que esta pastilla te haría más fuerte, aumentaría profundamente tus niveles de energía, tu estado de ánimo, tu función cerebral y tu concentración, de hecho, esta píldora superaría a cualquier otra medicina conocida para mejorar los marcadores generales de salud; suena bastante bien cierto?

Bien, afortunadamente para todos nosotros, esta milagrosa medicina “ya existe” y se llama ejercicio y si estuviera disponible en la píldora sería la más prescrita y más valiosa medicina en la tierra. Pero ojo, hay un truco para que esta píldora siga funcionando, tenemos que seguir tomándola todos los días....

He trabajado toda mi carrera tratando de persuadir a las personas para que hagan exactamente eso.
Durante los últimos 15 años he estado trabajando en salud y fitness con decenas de miles de personas de diferentes países, edades, demografías, y noté la preocupante y común tendencia...

”Mientras que el ejercicio sin duda puede ayudarnos a mejorar dramáticamente nuestras vidas, en muchos casos lo he visto terminar haciendo exactamente lo contrario”, a esto lo llamo, La paradoja del ejercicio”

Para desentrañar la paradoja, primero debemos entender un poco más sobre lo que pasa aquí.


Nuestro estado de ánimo, nuestra felicidad y nuestra sensación de salud mental están casi totalmente controlados por nuestro cerebro a través de un complejo sistema hormonal de sustancias químicas (neurotransmisores).

Tenemos poco o ningún control sobre los factores externos que pueden alterar o influir sobre estas sustancias, como por ejemplo la cuarentena que vivimos en 2020, pero esta química cerebral puede ser manipulada por los alimentos que comemos, por la cantidad de sueño que tenemos, por el de ejercicio en el que participamos y llamamos a estas modificaciones “estilo de vida”.

Entonces podemos controlarlas, por lo que un truco sensato para mejorar nuestra felicidad es intentar manipular esta química cerebral para tratar de hacernos sentir mejor.
Cualquiera que alguna vez haya completado una sesión de ejercicio decente, habrá experimentado esto de la química cerebral, esa euforia, esa energía que se percibe al finalizar el ejercicio.

El efecto que obtenemos cuando terminamos, se debe a un aumento en la producción de endorfinas, un tipo de neurotransmisor responsable de aliviar el dolor y el estrés, pero el ejercicio también aumenta la serotonina, la misma hormona dirigida por los antidepresivos, así como la dopamina y la noradrenalina, de los cuales son responsables de regular nuestro estado de ánimo.

En pocas palabras, el ejercicio puede inmediatamente hacernos sentir más felices.
Ahora, si somos completamente honestos, la forma en que nos sentimos luego movernos, rara vez es la razón por la que nos vemos obligados a comenzar a hacer ejercicio en primer lugar.

Esto lo tengo claro porque las únicas preguntas que me hacen cuando me consultan por un programa de ejercicio son estas:

¿Cómo pierdo peso?
¿Cómo puedo tonificar los brazos?
¿Cómo marco mis abdominales?
¿Cómo hago para reducir mis piernas?
¿Cuál es el mejor ejercicio para la pérdida de grasa?

Ninguna de estas preguntas tiene nada que ver con la forma en que uno se siente y todas tienen que ver con la forma en que miramos frente a un espejo.

Las maravillosas herramientas para orquestar la felicidad también son propensas al autosabotaje y la comparación y esto nunca ha sido más cierto que cuando se trata de la forma en que nos vemos; ni siquiera es nuestra culpa que nos hayan llevado a estar bombardeados por todas las industrias, desde el sexo, hasta las de cremas e indumentaria que nos hacen sentir culpa y verguenza todo el tiempo por como nos vemos...

La gente que entrena conmigo, luego de dejar mucho sacrificio para estar en su mejor forma, al alcanzarla en vez de estar felices están peor que antes. Les asusta la posibilidad de perder lo ganado, o una vez que alcanzan las piernas que soñaron ven su abdomen que no es como lo imaginaban y la frustración no les permite disfrutar el logro.

A esto le llamo “La paradoja del ejercicio”.

Podemos utilizar el ejercicio para sentirnos mejor, pero estamos más pendientes a cómo nos ven los demás que como nos sentimos nosotros. Te aseguro a nadie le importa como te ves sino cómo te sientas; a quienes más te quieren no les importa como salgas en las fotos sino que cuando haya que sacarse una foto, saltes a estar presente espontáneamente disfrutando el momento.

No te creas todo lo que se ve en Instagram, todo lo que ves ahí de perfecto no existe, ya que la foto perfecta es la que se eligió de decenas de fotos que se sacaron y tiene la expresión justa, la luz, la edición para que parezca perfecta.

Yo estuve de ese lado, en más de una ocasión trabajé para estar en mi mejor versión, manipulando los hidratos que comía y la hidratación para poder estar más marcado, pero al día siguiente todo es otra cosa.

Estas fotos solo tienen un día de diferencia...

No te ejercites por como te vas a ver, ejercítate para ser feliz, busca lo que te gusta y aumenta la dosis...

Te recomiendo leer el artículo "¿Clases largas o cortas? "

 

Extracto de la charla de Chris Wharton TED Talks, Septiembre 2021

 

Extracto de la charla de Chris Wharton TED Talks, Septiembre 2021

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